El Primer Año Polar Internacional se estableció a inicios de la década de 1880, fue una tarea de muchos esfuerzos para coordinar los métodos de medición y los apoyos logísticos para la actividad científica. La idea original fue del explorar austríaco, Capitán Karl Weyprecht, al finalizar una travesía por el Ártico en 1874.
Si bien se lo conoce como Año Polar Internacional, el foco estuvo centrado en el Ártico, la Antártida era un continente lleno de misterios y peligros sin estructuras edilicias que permitieran una base logística, al igual que las naves que podrían participar. Los peligros de la glaciología marina y de la meteorología hacían prácticamente imposible desarrollar una gran tarea científica.
Finalmente este año polar se desarrolló en 14 estaciones alrededor del Ártico y participaron 11 países Dinamarca, Finlandia, Francia, el Reino Unido, Austria-Hungría, Canadá, Noruega, los Países Bajos y Suecia organizarían 14 puntos de observación en el Ártico y se instalarían 34 estaciones por fuera del Ártico.
Por desgracia no se aprovechó la ocasión de hacer el mejor uso posible de las mediciones y observaciones en una evaluación general. El trabajo de interpretación se limitó en gran parte al enfoque que a cada disciplina interesaba y no se intentó hacer una síntesis de la información obtenida en beneficio de la ciencia en general. Tal vez lo más importante fue el concepto de cooperación internacional y compartir datos con científicos de otros países para ampliar el espectro de interés científico. El cambiar el protagonismo individual por el trabajo cooperativo fue el legado más importante del primer Año Polar Internacional desarrollado entre 1881 y 1884.
Ante el incremento de expediciones científicas y militares, hubo interés de los Consejos o Asociaciones Científicas de establecer una metodología para las investigaciones y mejorar el conocimiento junto a la logística para saber más de las regiones polares. Es en este contexto que se lanzan los Años Polares Internacionales, con la intención de dejar un sólido legado a las generaciones futuras. También, es importante citarlo, que había un trasfondo geopolítico entremezclado con las investigaciones para el mejor posicionamiento de las potencias con intereses antárticos.
El segundo Año Polar Internacional tuvo como base ampliar los resultados del primer año y tuvo su impulso desde la Organización Meteorológica Internacional y la Unión Geodésica y Geofísica Internacional cuyo impulso inicial fue dado por el Dr J. Georgi del Instituto Marítimo de Hamburgo. Se estableció una duración más corta debido a la falta de presupuesto, se desarrolló entre 1932 y 1933. Entre los antecedentes más importantes se encuentra que el hombre había llegado a los dos polos y existía la primer base permanente en la Antártida: la Base Orcadas. También países como Argentina disponían de experiencia en expediciones antárticas dado que se realizaban campañas navales a la Antártida con periodicidad estival.
Los objetivos fueron similares al primer año, estudiar la meteorología, el magnetismo terrestre y las auroras. En 1930 se organizó una reunió en Leningrado en dónde participaron 10 naciones: Alemania, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos de América, Finlandia, Francia, Japón, Noruega, Reino Unido y Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas y otras 16 naciones mostraron su interés por el proyecto: Argentina, Australia, Austria, Brasil, Bulgaria, España, Estonia, Guatemala, Hungría, Islandia, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Suecia y Suiza. Finalmente 49 países participaron del segundo Año Polar Internacional.
Los datos estuvieron mejor sincronizados y coordinados entre las estaciones participantes, lo que supuso un enorme esfuerzo de coordinación entre los participantes. Los problemas económicos de la gran depresión tuvieron impacto en la organización de este importante evento científico cuyos datos no pudieron analizarse en su totalidad por la falta de fondos y por haber sido atravesado por la segunda guerra mundial.
Los países participantes fueron más de cuarenta y, nuevamente, hubo una mayor participación en el Ártico, no obstante el Alte Byrd de los EEUU fundó la primera base no permanente en la Antártida.
Equivale al tercer año polar internacional, pero el interés en la Geofísica hizo que se cambiara su denominación. Esta vez se realizó a 25 años del segundo API por las dificultades soportadas por la comunidad científica durante los años ’30 y, muy especialmente, por la evolución de los instrumentos de medición e interpretación que se habían descubierto. El responsable de este esfuerzo fue el Geofísico norteamericano L. Berkner. La Comisión mixta para la ionósfera tomó en cuenta las observaciones de Berkner y elevó la propuesta al Consejo Internacional de Uniones Científicas (ICSU en su acrónimo en inglés), el otro apoyo provino de la Unión Radiocientífica Internacional, la Unión Astronómica Internacional y la Unión de Geodesia y Geofísica Internacional.
Más de cincuenta países unificaron sus esfuerzos detrás de la investigación científica en beneficio del bien común. Los datos de semejantes alianzas remiten a los conflictos bélicos, En este caso se utilizó para la paz y la cooperación internacional.
Se estableció que no sólo sea para las regiones polares sino que se extendió a todo el planeta aprovechando el ciclo solar. La iniciativa contó con el beneplácito de la UNESCO que financión gran parte de la organización de este importante evento.
Las disciplinas intervinientes:
Los logros principales:
El logro central de esta iniciativa fue el llamado a la Conferencia Antártica de Washington en 1959 dónde se consiguió que doce países firmaran el Tratado Antártico
Luego de varios intentos frustrados en gobierno de los Estado Unidos de América logró reunir en una conferencia a once naciones más el anfitrión para reunirse a partir del 15 de Octubre de 1959 en una reunión basada en documentos de trabajo y conversaciones previas para acordar posiciones, finalizando en la recomendación central para los gobiernos de sus respectivos países de aprobar el Tratado Antártico surgido de la Conferencia Antártica y que sea ratificado por los mecanismos gubernamentales de cada país.
Los países asistentes y firmantes del Tratado Antártico fueron: Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelandia, Noruega, Sudáfrica, URSS (hoy Federación Rusa), Reino Unido, Estados Unidos de Norteamérica.